Sierra Nevada

Antonio - el último cowboy de Sierra Nevada

Antonio pertenece a la Sierra Nevada de la Alpujarra. No aprendió la montaña en libros ni en mapas: la aprendió viviéndola. Desde niño, su vida ha estado marcada por los animales, las estaciones y largas jornadas recorriendo terrenos escarpados. La Sierra no es solo el lugar donde trabaja; es el lugar al que pertenece.

Su forma de vida se ha transmitido de generación en generación y hoy, tristemente, está desapareciendo. Su padre, Eduardo, era de Canjáyar, y su madre, Carmen, nació en Laroles, uno de los pueblos más bellos de la Alpujarra oriental, famoso por sus impresionantes vistas.

Su padre pertenecía a la sexta generación de una familia de arrieros que transportaban aceite, harina, pescado, cereales y muchas otras mercancías a través del Puerto de la Ragua hasta el Marquesado del Cenete. Sus animales viajaban cargados en ambos sentidos, llevando productos de una tierra para intercambiarlos por los de otra. En aquellos tiempos, el trueque no solo era habitual: era la base de la vida en la montaña.

Antonio es guardián, criador y domador de animales, con toda una vida de experiencias a sus espaldas. Su manera de trabajar se basa en el respeto, la paciencia y la comprensión. Ya sea con vacas, caballos o mulas, su capacidad para leer el comportamiento animal es excepcional.

Este conocimiento se ha transmitido de generación en generación, afinado con la experiencia y guiado por un profundo respeto por el equilibrio de la naturaleza. Es una forma de trabajar que está desapareciendo en silencio, pero que sigue plenamente viva en el día a día de Antonio.

Antonio cuidando de sus vacas
Ruta en mula en el Castaño Milenario, Laroles

De los cinco hermanos, Antonio fue el único que eligió este modo de vida. Apenas fue a la escuela, ya que empezó a trabajar con tan solo 8 años, cuidando 500 cabras a una altitud de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Hoy, alto, de pelo largo y barba, y casi siempre vestido con su chaqueta de cuero, podría confundirse fácilmente con un Tejano del Viejo Oeste.

Actualmente posee más de 30 caballos y mulas a los que quiere profundamente; algunos de ellos viven en libertad en la montaña. También tiene perros, ovejas, cabras, gallinas y patos, además de más de un centenar de vacas en ganadería extensiva de la famosa y casi extinta raza Pajuna, en lo alto del Puerto de la Ragua.

Antonio suele decir que, aunque él es la cabeza, su caballo y sus perros son sus piernas. Con simples órdenes verbales y gestos sutiles, los dirige a grandes distancias, y juntos se mueven como un solo cuerpo. Sus animales están entrenados para leer el terreno, el ganado y entre ellos mismos con una precisión asombrosa, respondiendo al instante a su voz.

Codo con codo, recorren las montañas de Sierra Nevada, guiando ganado bravo y en libertad a través de espacios abiertos donde no existen cercas. En esta alianza de voz, instinto y movimiento, hombre, caballo y perros se convierten en un único cuerpo de trabajo, perfectamente adaptado al ritmo de la montaña.

Un hombre que conecta personas y lugares

A pesar de sus raíces rurales, Antonio tiene una extraordinaria capacidad para conectar con personas de todo el mundo. Jinetes, viajeros y aventureros se convierten pronto en amigos, atraídos por su apertura, humildad y calidez genuina. Las barreras del idioma se diluyen gracias a la experiencia compartida, el buen humor y una vida vivida en estrecho contacto con la tierra.

Quienes montan o trabajan con Antonio se dan cuenta enseguida de que él no guía la montaña: la lee. Conoce la tierra como la palma de su mano: sus senderos ocultos, sus cambios de clima, sus fuentes de agua y esos rincones silenciosos donde la fauna aparece cuando menos lo esperas.

Montar o trabajar a su lado es experimentar Sierra Nevada desde dentro: no como visitante, sino como parte de su historia viva.

Este es Antonio, criado por la Sierra.
Viviendo una vida que el mundo moderno olvidó.

¡Ven a mi mundo!

Descubre mis animales en su hábitat natural y disfruta de la belleza única de Andalucía.